Por Paula Camacho Solís
Vicealcaldesa de Curridabat
En Costa Rica, solo en este año, han asesinado al menos a 21 mujeres por su condición de género y los incidentes registrados en todo el país por diversas formas de violencia contra las mujeres son alrededor de 50 mil cada año.
Esta violencia, constante en la vida de tantas las mujeres, las somete al dolor, al temor y al aislamiento, limitando sus posibilidades de incorporarse activamente a la vida social y comunitaria; además, representa uno de los mayores obstáculos para alcanzar la paz y el desarrollo: mata, incapacita, lesiona, anula y es contraria a toda aspiración de igualdad y justicia.
¿Podemos prevenirla? Claro que sí, pero es necesario comprometernos a cuidar y proteger la vida de las niñas, adolescentes y mujeres adultas en nuestras comunidades.
Podemos unirnos para alzar la voz frente a los golpes, las humillaciones, el hostigamiento, el acoso callejero y en medios virtuales, las violaciones sexuales y el femicidio que sufren las mujeres.
Es en la comunidad donde nos podemos organizar para recuperar los lazos que nos ayuden a desterrar estas formas de violencia de nuestros hogares, nuestros trabajos y nuestras calles.
Podemos hacer alianzas desde todos los sectores representados en Curridabat y aprovechar el trabajo, la recreación y la convivencia para promover la paz, la justicia, la igualdad entre hombres y mujeres y la no violencia.
Es importante estar alertas, denunciar y no asumir complicidad con silencio e indiferencia. Desde nuestros hogares, podemos romper con patrones de crianza machistas, promover valores de igualdad de derechos y deberes, igualdad de oportunidades, corresponsabilidad en los cuidados y empoderar a nuestras niñas y adolescentes. En nuestros trabajos, podemos promover espacios libres de discriminación y hostigamiento sexual.
Desde las empresas y comercios del cantón podemos reforzar valores de igualdad, empatía, solidaridad y respeto a los derechos humanos y evitar reproducir estereotipos y prejuicios sexistas en la publicidad.
Los hombres también pueden comprometerse, porque tienen la posibilidad de rechazar la violencia como demostración de masculinidad y practicar otras formas de ser, orientadas a mejorar sus relaciones con otros hombres y con las mujeres.
Trabajemos para que Curridabat sea un lugar donde todas las mujeres vivan seguras, libres y sin miedo, en nuestra Ciudad Dulce.
Comunicado25N2024– Descargar mensaje en PDF